Ya no recuerdo lo bien que se siente estar enamorado. Sólo sombras e ilusiones que terminan como intentos fallidos de encontrar una nueva musa.
Al fin y al cabo es mi culpa, por alejarte, por no querer volver a saber de ti.
Tenerte cerca era como comer un dulce envenenado; sabía bien, pero me mataba lentamente al saber que nunca seríamos el uno para el otro.
Hoy te extraño, extraño hablar contigo, extraño decirte lo hermosa que eres, pero al fin y al cabo todo es culpa mía.
Talvez nunca leas estas palabras , pero tengo la esperanza de que el internet las arrastre hasta tus ojos, para que sepas que te quiero, que siempre te quise y lamento si te hice sentir mal.
Hasta nunca, mi primera musa, mi eterno amor platónico, hasta siempre, dulce princesa.
