AHAHAHA

AHAHAHA
JAUS

viernes, 29 de abril de 2011

La otra vez tuve un sueño raro.

Hoy estaba tranquilamente recostado en la azotea, mirando las estrellas, sumido en miles de mis pensamientos sobre la infinita superficie del cosmos universal.
Me senté, volviendo en mí, y recordé que hacía mucho tiempo no escribo algo medianamente decente.
No es que lo que voy a escribir a continuación vaya a ser decente, sólo es otro escrito mediocre relatando lo sucedido en uno de mis sueños más actuales.
Cabe destacar que yo lo encuentro bastante interesante y supongo que no muchos tenemos el privilegio de tener y recordar este tipo de sueños.

Todo comenzó conmigo llendo a la tienda por una Coca-Cola de 2 litros, oscurecía y yo tenía la sensación de que debería llegar a casa antes de que esto sucediera. En el camino de regreso me distraje viendo hacía el horizonte como idiota, hasta que eventualmente oscureció, y desde ese horizonte se aproximaba una camioneta cargando por lo menos 6 personas fuertemente armadas. Atemorizado (porque la situación de inseguridad de Chihuahua es tremenda) me oculté detrás de una camioneta estacionada, al parecer los sicarios no me vieron bien, corrí a casa y me oculté.

-Escena desaparecida-

Lo siguiente que pasó, fue que yo corría en dirección de la tapia de mi abuela, donde había un pequeño cuarto. Jalé una palanca y el suelo se abrió, salté hacía el agujero y caí en la elegante casa de un anciano hippie.
La casa era bastante bonita, muebles de madera fina, cuadros elegantes y una pantalla plasma bastante grande (algo raro para ser la casa de un hippie).
Como sea, con el miedo a que los sicarios me vieran e identificaran, le pedí auspicio al anciano, quien aceptó con gusto, activó una palanca y una pequeña cama se despegó de la pared y cayó al piso.

-Escena desaparecida 2-

Ahora estaba en casa de un tipo a quien no conozco personalmente, pero que conocí en un foro de internet, el tipo en cuestión se grababa haciendo movimientos de lucha libre sobre una cama... desnudo.
Yo simplemente lo ignoré y creo que hablaba algo de una carrera.

-Desperté brevemente-

Y cuando me volví a dormir, aparecí en un pequeño kart, en una pista digna del reino de Mario, y al parecer correría en contra de unos mocosos fresas (aunque hubiera preferido que la contienda fuera a golpes, para sacarle la mierda a todos).
Aceleramos, me llevaban ventaja, pero fui alcanzando a uno, hasta que algo pasó, tomé una rampa y activé un turbo en mal tiempo por lo que caí al agua, pero mágicamente utilicé un savestate para aparecer antes de tomar la rampa y repetir la acción sin fallos.
Así cometí algunos otros errores, pero el savestate siempre me salvaba.
Hasta que pasé por una zona arboreada, golpeé un panal de abejas y comenzaron a picarme, me siguieron hasta que repetí la acción de la rampa y caí al agua.
Acepté la derrota con tristeza y volví a la habitación del luchador desnudo, que seguía en lo mismo.

-Desperté-

Y bien, ¿qué opinan?

miércoles, 27 de abril de 2011

Este libro siempre me deprime.

Se llama "Los ojos de mi princesa".
Aquí uno de mis muchos fragmentos favoritos:
Fuimos a ver a Mario. Pertenece a una secta, y además es drogadicto. [...] ¿Cómo fue que mi compañero llegó a esos extremos? Mordió el anzuelo de la pornografía. Bebió agua de mar. Muchos en la escuela tienen una idea equivocada de lo que es crecer. Piensan que para ser mayores deben saber de sexo y practicarlo, tomar alcohol, parrandear y fumar. Hay chavas de quince años que hacen esfuerzos tremendos para meterse al pulmón sus primeras fumaradas. Las idiotas cruzan la pierna y levantan el cigarrillo entre dos dedos presumiendo una falsa sensualidad. Creen que escupiendo humo y oliendo a tabaco lucen más provocativas y maduras. Basura. Porquería. Todos quieren ser lo que no son y miles de muchachos de carácter débil se dejan manejar por los viciosos.
He pensado en Sheccid. Podría perdonarle todo, menos que fume.
No me imagino besando a una mujer que sabe a cenicero.

miércoles, 20 de abril de 2011

Gente de miérda. TL;DR: mis vecinos.

Como si no hubieran ya suficientes razones para odiar a la raza humana...

El universo siempre me ha puesto cerca al tipo de gente que más desprecio, y a parte de los primos que ya mencioné anteriormente, un ejemplo perfecto son los vecinos de enfrente.
No sé cómo le hacen, pero siempre deciden armar fiestas cuando tengo que dormirme temprano, y dado que mi cuarto dá a la otrora vivienda, la música, los gritos y las risas estúpidas atraviesan mis tímpanos.
Esa música mierdosa apta sólo para macacos incultos tragasemén: corridos y reguetón.
Gente cómo esa (que es la mayoría aquí y en todos los países sudamericanos), son los causantes de que los países mejor desarrollados nos vean menos.
Les damos razones, les estamos diciendo a gritos: "Somos un grupo de simios subdesarrollados, vengan y mirenos revolcarnos en nuestra inmundicia".

La mayoría es una mierda, y me duele decir que es muy probable que tú también lo seas.

viernes, 15 de abril de 2011

Hoy me afeité el bigote.

A la bruja malvada eso no le agradó, pero no se le puede dar gusto a todos, mis padres siempre han querido controlar lo que digo, hago y como me veo, probablemente soy como soy por su culpa y es por eso que no voy a dejar que sigan controlandome.

Me cago en el puto curso de inglés, no me va a servir de nada, y no porque no vaya a aprender, no me va a servir de nada porque yo ya sé que no voy a durar lo suficiente como para necesitar hablar inglés. La verdad creo que no voy a llegar a los 20, ahora mismo no quiero llegar a los 18.

lunes, 11 de abril de 2011

La vida es una ironía

Hoy, en clase de Redes accedí a éste mismo blog, para revisar si había nuevos comentarios.
Encontré una nueva respuesta en ésta entrada.
La repuesta era del "anónimo" que ya anteriormente había emitido una fuerte opinión hacía algunos de nuestros compañeros.

Como sea, Sammy la leyó, y confirmó como uno (más bien el único) de sus sospechosos a Fer, y yo, pensando que no pasaría a mayores, confirmé su teoría como recompensa a haber sospechado de la persona correcta.

Craso error...

Las cosas se salieron de control más rápido de lo que pensé, al poco rato el rúmor se regó como la polvora y, como era de esperarse, muchos se pusieron en contra de Fer, empezaron a molestarlo y no sé qué más.
Yo no quería que pasara esto, me gusta crear controversia, pero no me gusta que nadie que no lo merezca salga lastimado.

No condono lo que dijo, es una opinión bastante fuerte y no estoy totalmente de acuerdo con él, puede que algún compañero no me agrade del todo, pero "odiar" es una exageración. Y yo probablemente les diga que los odio muy seguido, pero no, odiar no es algo que yo haga mucho.

Pues bien, el motivo de ésta entrada es pedirles como un favor que no tomen represalias en contra del susodicho, no vale la pena iniciar una pelea.
Si no le agradas, pues bien, dejalo en paz y él no se va a meter contigo.
Lo escrito, escrito está, pero no vale la pena llorar sobre la coca derramada, sigan adelante, no lo molesten, no le hagan nada.

¿Qué van a ganar?

En fín, el sujeto me agrada, o me agradaba antes de que iniciara su noviazgo, a partir de ahí se volvió gruñón y lo único que hace es estar con su novia, pero eso a nosotros no nos incumbe, aunque nos mire feo cuando nos acercamos a ellos.

¿El nombre del artículo te parece raro? Bueno, es algo que tal vez sólo yo y él entendamos, y si es que necesitas de una pista para refrescar la memoria, ahí te la dejo:

La sentencia que en mí dictaste,por tu propia mano, se ha vuelto ahora tu penitencia.

jueves, 7 de abril de 2011

Hoy fui a comprar unas monografías.

El otro día, la maestra Teresa nos encargó traer unas monografías de los griegos, los romanos y de la Edad Media en la mochila, porque seguramente las usaríamos.
Esta mañana que pidió la de los griegos, recordé que no las había comprado, y al parecer a todos les sucedió lo mismo, porque solo una persona, Gerardo, las presentó.
Mal hecho, porque todo el grupo planeó golpearlo, pero como el excelente, maravilloso, dedicado y fiel amigo que soy, lo defendí ferreamente y nadie se atrevió a pegarle.

Entonces perdí 6 valiosos sellos...

Pero bueno, no tiene caso llorar sobre la coca derramada, por lo que decidí que a la tarde iría a comprar unas monografías, para, primero, que no me faltase nada en el cuaderno, y para asegurarme los futuros sellos.

Pasaron las horas de escuela, llegué a mi casa, todo normal.
Como no había comida hecha, tuve que conformarme con agarrar un niño de la calle y comermelo crudo.
Como olvidé lavarlo fue todo un asco, y luego me agarró la paranoia de que el niño pudiera haber traído SIDA o alguna otra enfermedad, por lo que me metí el brazo a la garganta hasta vomitar los intestinos, enseguida los lavé a profundidad y los volví a guardar en mi cuerpo.

Fue ahí cuando recordé lo de las monografías, tomé algo de dinero de mi pote de oro, y me dirigí a la papelería más cercana.
Mucha fue mi desdicha al darme cuenta de que la estúpida papelería no contaba con las monografías que necesitaba en ese momento, ni siquiera tenían puntillas de 0.5, entonces me enojé tanto que levanté el camión de Pepsi que recién se había estacionado y lo arrojé con furia a la papelería, destruyendo varios inmuebles en el proceso.

Eso me calmó un poco, agarré una lata de Pepsi del suelo, la enfríe con el fresco olor de mis axilas y me la eché en la boca, masticando la lata de aluminio para exprimir mejor el sabor natural.
Luego regresé a mi casa y jugué Zelda un rato.

Más tarde me acordé que me urgían las monografías, y tuve que aventurarme a una papelería ubicada algo más lejos, tomé la mica polarizada de mis lentes, me puse otra camiseta y unas bermudas, me acomodé el cabello y salí, dispuesto a regresar como todo un hombre con monografías.

Al salir tuve que ir repitiendo los nombres de las culturas para que no se me olvidaran "Griegos, Romanos y Edad Media".
El clima estaba bastante agradable, hacía sol, pero el fuerte viento era fresco, y muy relajante, pues ensordecía mis oidos y evitaba que sonidos desagradables entraran a ellos.
Eramos el camino, el viento y yo, juntos en una orgía de pensamientos que rondaban por mi cabeza.

Casi al llegar a la papelería me dí cuenta de que se me había olvidado una de las 3 culturas, mi cerebro se activó y pensamientos pasaron por mis neuronas a la velocidad de la luz, hubo tantos impulsos eléctricos en mi cerebro, que al pasar cerca de un auto, este salía volando por la fuerza electromágnetica ejercida por mi materia gris.

Hasta que por fin lo recordé, justo a tiempo, entré a la papelería y me atendieron muy bien, son unas mujeres muy agradables.
Salí, caminé a casa con la misma tranquilidad de antes, y a una calle de llegar me encontré un perrito, estaba lastimado de una pata, pues cojeaba, me acerqué a él, mientras me miraba con unos ojos grandes y humedecidos de lagrimas provocadas por el dolor.
Lo levanté, examiné su miembro herido, luego le dí una lamida en el mismo. Instantaniamente quedó curado, estaba muy feliz y comenzó a seguirme y a dar saltitos alrededor de mí, pero me fastidió y lo pateé, salió volando y por suerte aterrizó en una señora que pasaba tres cuadras más adelante, por lo que salió ileso (no puedo decir lo mismo de la señora).

Y por fin llegué a casa, tiré las monografías en la cama y las contemplé con orgullo, pero luego mi cara se llenó de horror, mientras me daba cuenta de algo:

Se me olvidaron las puntillas, la puta que los parió a todos, odio al mundo entero.




Ahora los dejo con un amigo haciendo deditos aéreos.

miércoles, 6 de abril de 2011

La juventud de hoy es una mierda parte 3: Sal del salón.

Es el puto colmo, cuando creí que los macacos lanza-porquería a los que llamo compañeros no podían caer más bajo, me sorprendieron.
No digo que yo no haga relajo, pero por lo menos yo sé cuando comportarme, yo tengo sentido del ridículo, algo de lo que muchas de las personas de mi edad, carecen.
No puedo hacer nada al respecto, que yo sepa, pero voy a ver la manera que cada vez que alguien joda la clase, sea amonestado.
Voy a hablar con la prefecta, con el director si es necesario, porque por su culpa vamos a pagar justos por pecadores, y eso no es justo.
Si antes joder a la gente que me cae mal sacaba lo más maligno, enfermo y rebuscado de mi cerebro, ahora voy a enfocarlo en contra de los que no me dejen escuchar al profesor de inglés.

¿Saben qué sería divertido? Que a la maestra de matemáticas la cambien por algún total hijo de puta que sepa ponernos a raya a todos, así, los que vienen a calentar el asiento y sacar un título "fácil", tendrán la dignidad de bajar la cabeza, pedir perdón por ser un desperdicio de materia, y darse un tiro en la sien.

Debería darte vergüenza, grandísimo hijo de puta.

lunes, 4 de abril de 2011

Stain

PRÓLOGO

Bip… bip… bip…
El sonido de la alarma interrumpió su sueño, el reloj marcaba las 7:00 a.m., sentía la boca seca y las lagañas aun viscosas impidiéndole abrir del todo bien los ojos, el personaje, un joven de veintidós años, alto, delgado, de piel blanca y su cabello oscuro con un peinado extravagante, digno de un personaje de animación japonesa, tenía un rasgo particular, sus ojos eran claros, parecidos a los de un ciego, pero podía ver perfectamente, y ese rasgo especial se debe a algo que contaré más adelante. Sintió el movimiento de alguien levantándose de la cama.

-¿Te vas tan temprano?

El joven volteó a su derecha, observando la desnuda figura de su novia bajando de la cama, era una señorita de veinte años, de una estatura un poco menor a la del chico, una piel blanca y deliciosa, bañada con pequeños lunares en varias partes del cuerpo que la hacían ver incluso más bella.

-Tengo que trabajar.

Se dio una ducha rápida y se vistió a la misma velocidad, mientras tanto el joven se limpió la cara y se puso una playera sin mangas y unos jeans azules.
Ella se dirigió a la salida pero el joven la detuvo con un ademán de “ven acá” y estiró los labios.

-¿Me das un beso de despedida?

Se volteó y le dirigió la mirada más fría que él había visto.

-Lo siento, voy tarde.

Y diciendo esto salió por la puerta y la cerró con fuerza, dejando al pobre chico anonadado y con una mueca indescriptible.
Suspiró.

-Entonces creo que puedo echar otra siestita.

Se tumbó sobre la cama, cerró los ojos e inmediatamente entró al mundo de los sueños.
Mientras tanto, afuera del edificio departamental donde la escena anterior se había dado, la chica caminaba hacia su auto, mientras hablaba por su teléfono celular.

-Estoy fuera, pueden entrar por él.

De nuevo en el edificio, los sueños de nuestro personaje se vieron interrumpidos por el sonido de las ventanas rompiéndose, despertó sobresaltado y vio que 2 hombres con una vestimenta estilo ninja, pero del futuro, y fuertemente armados entraron por las mismas y le estaban apuntando.
Uno se le acercó, lo tomó por los brazos y lo sacó de la cama.

-En nombre de Lord Boss, queda usted arrestado.

El chico sonrió burlonamente, observando a su captor.

-No creo que sepas quien soy.

Súbitamente algo extraño comenzó a suceder, los ojos del chico se volvieron totalmente oscuros, y de sus manos comenzó a emanar un aura del mismo color, el que lo sostenía vio sus manos convertirse en 2 piedras negras y se apartó de él, dejándolo en libertad.
El otro soldado tomó su arma y le apuntó al chico.

-Alto, si te mueves disparo.
-¿En realidad no saben quién soy?

Con una sonrisa burlona le apuntó al soldado con un dedo.

-Pues me llamo Grant, mucho gusto.

Dio un paso atrás, en dirección a la ventana.

-Y lo siento mucho, pero debo tomar un vuelo, quédense en su casa.

Diciendo eso tomó carrera y se arrojó por la ventana de su habitación (piso 18), y para cualquier otro esto hubiera significado la muerte, pero no para Grant, él era especial, más bien era único, el único en su tipo.
Mientras caía sus ojos se pusieron totalmente negros de nuevo, de sus manos comenzó a emanar una sustancia oscura con la cual pudo hacer un por el cual se deslizó al techo de otro edificio más pequeño (ésta idea la había sacado de las comiquitas del famoso “Iceman”, el cual hacía caminos de hielo para transportarse más rápidamente).
Pero lo que Grant producía no era hielo, no era metal, no era ningún material reconocido por el hombre, él la había llamado desde que tiene memoria, pues ese poder estuvo con él desde el día de su nacimiento.
Y no solo podía crear ese material, también podía controlar a su antojo aquello que ya había creado, para hacerle modificaciones hasta que el resultado lo satisficiera.
El poder lo acompañó su niñez y su adolescencia, tiempo en el cual aprendió a controlarlo e incluso hacía algunas estatuas que regalaba a sus amigos, huelga decir que guardaba sus poderes como secreto, sus padres se lo dijeron desde siempre, temían perderlo a manos del gobierno que seguramente lo utilizaría como un súper soldado sin emociones.
Tuvo la fortuna de contar con unos excelentes padres que lo educaron a no usar esos poderes para su propio beneficio, y por eso les guardaba un enorme aprecio aun cuando ya se habían ido.
El sonido de un helicóptero que se aproximaba interrumpió sus remembranzas.
Sus manos emanaban esa conocida aura oscura.

-Parece que no le agrado a alguien, seguramente de ahí salieron los tipos que entraron a mi casa.

El helicóptero se posó a unos 50 metros de él, desplegó tres lanzamisiles en cada lado, y sin esperar ni un segundo los disparó.

-¡Carajo!

Grant hizo todo lo que pudo para crear una esfera de stain y así protegerse de los misiles, la estrategia dio resultado, pero el helicóptero cargó de nuevo, misil tras misil y ahora ayudado de una torreta, le llovían municiones a la esfera, que comenzó a ceder y resquebrajarse.
El piloto del helicóptero sonreía satisfecho al ver que el escudo de Grant se había debilitado por completo.

-Cese al fuego, avisen a la señorita Joanna que lo tenemos.

Los otros cuatro soldados que lo acompañaban bajaron y tomaron el cuerpo inmóvil de Grant, el cual colocaron en una celda guindada del helicóptero, al terminar la operación regresaron a sus puestos, y el helicóptero partió rumbo al amanecer, dejando la ciudad atrás…

1

Grant abrió los ojos, después de recuperarse de su letargo se dio cuenta de que sus manos estaban atadas a una silla aferrada al piso, estaba en una habitación muy poco iluminada, pero aun con la falta de luz, uno podía notar que el cuarto era completamente blanco, y no había ni ventanas ni puertas visibles.
De pronto una extraña voz se escuchó de la nada.

-Por fin despertaste.

De la pared frontal se abrieron 2 compuertas que dejaron ver una gran ventana, la luz que emanaba cegó a Grant por unos segundos, por lo que no pudo ver al hombre que le dirigía la palabra.

-Dormiste un día entero, ¿no te da vergüenza?

Recuperó la visión y vio a un hombre maduro, de cabello grisáceo vestido con un elegante smoking y una corbata roja, sonreía con una expresión casi maligna.
Grant lo miró con ira, intentando inútilmente zafarse de las ataduras.

-¿Qué pasa? ¿Quién coño eres y por qué me tienes aquí?

Ante estas preguntas, el hombre lo miró directamente a los ojos, Grant sintió que la mirada le calaba hasta los huesos, había algo maligno en esos ojos cafés.

-Puedes llamarme Boss, soy dueño del monopolio tecnológico dedicado a darle lo mejor a nuestros clientes, y a buscar la paz en el mundo por medio de la tecnología, y tú eres parte importante en ese objetivo.
Ante tal respuesta, el joven se retorció de la ira.
-¡¿Y SOLO POR ESO INTENTARON MATARME?!
-Tranquilo, Grant, me disculpo ante la actitud de mis empleados, pero tuviste la culpa al no haberte dejado atrapar por las buenas.

La ira colmaba el cuerpo de Grant, sus ojos se tornaron oscuros y su cuerpo entero comenzó a emanar un aura del mismo color, pero le fue imposible utilizar el stain.

-No te molestes, he estado observándote, mis científicos más calificados te han estado analizando, y han construido un cuarto que inhibe tus poderes. Te necesitamos, Grant, si lográsemos entrenarte y mejorar tus habilidades, podríamos enviarte a una misión para detener a la oposición rebelde, y con tus poderes no sería necesario derramar sangre inocente.

La oferta era tentadora, el líder de los rebeldes era un extremista que había asesinado a muchos miles de compatriotas, había lanzado incontables ataques terroristas y tenía una enorme lista de otros crímenes, si lo detuviesen se acabaría la guerra, y, como lo habían prometido los líderes mundiales, ese año de 2344 sería el año en el que el planeta estaría en total paz por primera vez (sin contar a los criminales menores y asesinos, pero la policía hacía un excelente trabajo tratando con estos).

-Está bien, cooperaré.
-Me alegra escuchar esto.

Las ataduras de Grant se soltaron, se frotó las muñecas para tratar de quitarse el dolor que estas le habían causado.
Boss sonrió, Grant lo miró secamente <>

-Que comience el entrenamiento, entonces.

La ventana desapareció de golpe, una compuerta similar a las anteriores se abrió al fondo, la voz del hombre salía de unos parlantes.

-Tu primer desafío está en esa habitación, pasa adelante.

Grant se levantó de la silla, caminó cautelosamente hacía la habitación señalada, aun no confiaba totalmente en aquel hombre así que estaba listo para todo.
La habitación era similar a la anterior, pero ésta estaba iluminada, y en el centro de la misma había un extraño personaje, parecía tener una armadura hecha de placas de un metal verdoso, en vez de mano izquierda tenía un buster (como el de megaman), y un casco hechos del mismo material.

-Bienvenido, yo soy el androide P120, seré su compañero de entrenamiento.

A Grant le sorprendió tal muestra de educación de parte de una maquina.
Luego sostuvo una pose algo burlona, mientras le daba la espalda al androide.

-Bueno, me serviría entrenar un poco, pero no creo que un pedazo de metal refinado pueda hacerme la competencia.

El androide disparó una descarga eléctrica desde su buster, Grant recibió el impacto y quedó chamuscado y ofuscado.

-Maldito tramposo, ¡no estaba viéndote! Ahora vas a ver…
Grant comenzó a moldear una gran espada estilo medieval con ayuda del stain.
-Vaya, en este cuarto si funcionan mis poderes =3

Se lanzó al ataque pero su estocada falló, el androide cargó otro disparo, pero esta
vez Grant creó un escudo espartano y desvió el ataque.

-¡Toma ya!

Grant convirtió la espada en un hacha medieval y usó todas sus fuerzas para lanzarla, asestó justo en la cabeza de P120, que se partió a la mitad, dejando ver su cráneo metálico relleno de circuitos y capacitores.
Grant volvió a su pose burlona, y haciendo una “V” con sus dedos hacía el lugar donde yacía el cuerpo inerte, exclamó sarcásticamente:

-Ups, puedo pagarlo…

Una ventana apareció de la misma manera que en la anterior, desde ahí lo observaba Lord Boss.

-Sabía que no me equivocaba contigo, muchacho, como recompensa a tus habilidades te haré un regalo especial, solo camina a la siguiente habitación y ahí lo encontrarás.

Se cerró la ventana, a la vez se abrió otra puerta, Grant caminó hasta la siguiente habitación, seguía siendo blanca, pero esta era mucho más pequeña, había una mesa en el centro y sobre ella había ropa y un aparato extraño.
La voz de Lord Boss resonó desde los parlantes.

-Esa ropa tiene lo último en tecnología de camuflaje, puede crear un campo de partículas deflectoras de luz que te vuelven prácticamente invisible, ¿qué esperas? Pruébatelas.

Grant se puso el uniforme, para su suerte era negro, pues este era su color favorito, el traje consistía de una playera (franela, camiseta…) negra de manga larga, unos jeans del mismo color que le quedaban algo holgados en la parte de los pies y unos guantes también negros.
<>

-Eso es un scouter, ¿has visto Dragon Ball Z?, nos basamos en el diseño de esos aparatos, pero este puede contraer la lentilla para mayor comodidad, es capaz de analizar, darte datos, habilidades y debilidades de cualquier cosa, además tiene un sistema de voz personalizable, pero mejor pruébatelo, tu decidirás si es tan bueno como yo creo.

Se colocó el aparato, parecido a un audífono, en el oído, inmediatamente se desplegó la lentilla y una voz femenina le dio una serie de especificaciones.

-Nombre de usuario: Grant Heavenrunner
-Nombre de la unidad: AR-104 ¿Desea configurar un nombre nuevo?

Grant se vio asombrado por la hermosa voz que salía de esa máquina, la voz le resultaba familiar.
Lord Boss se percató del cambio de expresión del chico e intercedió.

-También puedes configurar el tipo de voz, si esa no es de tu agrado.
-No, no hay problema, ésta es perfecta.

Y en efecto, era perfecta, porque era exactamente igual a la voz de una chica de la cual se había enamorado perdidamente hacía muchos años.

-Sí, deseo cambiar el nombre, te llamaré Katia…



2


Teniendo ya todo listo para iniciar el entrenamiento, Grant sintió como sus tripas rugían ferozmente aclamando por alimento.

-Tengo hambre, no pienso hacer nada si no me das de comer.
-Grant, eso es bastante ofensivo, ¿crees que te voy a dejar sin comer? No soy un tirano, pasa adelante hacía la cafetería, allí estableceremos los términos.

La voz se apagó y una compuerta frente a Grant se abrió revelando una agradable, pero vacía, cafetería, completamente blanca como las demás habitaciones, tenía varias mesas con un número inscrito en su centro, las sillas se veían muy cómodas y todo estaba realmente limpio, no había grasa como la que uno acostumbra ver en algunos restaurantes.
Grant caminó hacía el mostrador, lo único que había era la pantalla de la computadora que mostraba varios platillos a elegir.
Los parlantes resonaron de nuevo

-Te recomiendo la sopa de camarón, es realmente deliciosa.

Escuchando la recomendación de su , Grant eligió la sopa de camarón, la computadora le pidió que esperara en la mesa 3.
Mientras Grant esperaba la comida, otra compuerta se abrió, de ella salieron 8 soldados que se desplegaron en 2 filas, una a cada lado de la puerta, aguardando que pasara su indiscutible jefe; Lord Boss.
Éste se sentó frente a Grant, de la mesa salieron dos platos llenos de la humeante sopa de camarón y un par de refrescos.
Boss tomó una cucharada bastante generosa y le hizo un ademán a Grant, como invitándolo a que hiciera lo mismo.

-Primero comamos, no queremos que esta delicia se enfríe, ¿o sí?
-Estoy de acuerdo, ya luego hablaremos de negocios.

<>

Pocos minutos después los platos estaban vacíos. Grant se apresuró a entrevistar a su anfitrión.

-Dígame ¿mi familia y mis amigos sabrán de esto?
-No. Todo lo que ellos saben es que te fuiste a un viaje de negocios y que los llamarás cada semana,
-No creo que mi jefe se trague eso también…
-No te preocupes por tu empleo mediocre, te enviaremos el triple del dinero a tu cuenta puntualmente.
-Y… ¿qué pasa con Joanna?
-¿Tu novia? No te preocupes, ella sabe lo mismo que tu familia.

El joven se sonrojó un poco.

-Pro… prométame que cuidaran de ella…
-Por supuesto, asignaré una unidad a su cuidado, si eso deseas.
-Me parece perfecto.
-¿Algo más que desees?
-Ahora me gustaría escuchar sus condiciones.

El hombre se tornó más serio, mirando a Grant fijamente se frotó los nudillos.

-Lo único que quiero es que pongas todo tu empeño en el entrenamiento, después de completar la misión y aprisionar a los rebeldes serás libre de irte a casa.
Grant asintió.

-Estoy de acuerdo.

Lord Boss volvió a su actitud más relajada, y con una sonrisa un tanto siniestra (porque su persona entera era siniestra), exclamó:

-Entonces es hora de que vayas a dormir a tu habitación, mañana a primera hora serás enviado al campo de entrenamiento virtual.
-¿Campo de entre…?

Antes de que pudiera terminar de formular la pregunta, el suelo bajo él se abrió y la silla lo transportó hasta una pequeña habitación, del usual tono blanco, con una pequeña cama, una cómoda y un baño al fondo.
Grant se apeó de la silla, ésta se elevó y salió por donde vino, él luego se dirigió al baño, un pijama lo esperaba guindando de un gancho de ropa.

-Un baño caliente me vendría de maravillas, gracias.
-Por nada- contestó Katia

Haciendo caso omiso a la probabilidad de que Katia haya sido la operadora de tal acto, (porque estaba deseando sentir el agua caliente en todo su desgastado cuerpo), el muchacho se desvistió, dejó el scouter en la cómoda, llenó la bañera y se sumergió en una combinación de agua y vapor.
Grant se encontraba atrapado en una amalgama de pensamientos, originados por la gran responsabilidad con la que cargaría en ese momento, y harta razón tenía, no todos los días tienes que cargar en tus hombros la paz mundial, y eso es algo que todos sabemos.
Sin embargo se encontraba entusiasmado, si todo salía bien, lo liberarían con las nuevas habilidades que pudiera obtener durante su estadía en ese lugar, además de que sería un héroe mundial, aclamado por jóvenes y adultos.
Y no podemos olvidarnos del dinero, en la compañía donde se ganaba la vida ganaba bastantes ingresos, ahora que los triplicaría, iba a salir con tanto dinero que probablemente podría irse de vacaciones por 10 años en compañía de Joanna.

-Joanna…

El scouter hizo un “bip” a lo lejos, señal de que se había activado.

-¿Puedo hacerte unas preguntas?

Grant se extrañó de la reacción del comunicador, pero accedió amablemente.

-Siéntete libre.
-¿Quién es Joanna?
-Es mi novia.
-¿Sientes algo por ella?
-Claro que lo hago, si no, no sería mi novia.
-¿Morirías por ella?
-Creo que me empiezas a asustar.
-Lo siento… ¿Lo harías?
-Mmm… eres bastante insistente, ¿no? Imagino que una de las ventajas de ser una simple maquina es que puedes ser tan directo como quieras sin temer a herir sentimientos.

Katia se resintió, después de todo, ella no era una simple maquina.

-Igual… no has contestado mi pregunta.
-¿Qué si moriría por Joanna? No lo sé… tal vez.
-Eso será suficiente, gracias por cooperar, Grant.
-Por nada.
-Eh… y Grant…
-¿Sí?
-Disfruta de tu estadía.

Hoy intenté suicidarme con un totopo

Me corto para sentirme vivo...

sábado, 2 de abril de 2011

Me han amenazado en varias ocasiones.

Es natural, soy un busca pleitos, soy algo cobarde, pero mi orgullo le gana a todas mis demás cualidades, por lo que me hago el valiente.
Y no sólo por internet, como ustedes podrían pensar, si alguien me amenazara de frente yo no me iría directo a los golpes, pero me pasaría muy derecho, en calma pero sudando frío, y usaría mi mejor arma: el sarcasmo.
Aunque, viéndolo bien, eso lo haría enojar más, pero no importa, porque si me toca lo puedo acusar.
Con la institución, con la policía, con derechos humanos, con la sociedad protectora de animales, con mi mamá, con su mamá, con tu mamá, y un largo etcétera.
Y quiero que algo quede claro; si alguien piensa que esto es de cobardes, puede meterse su opinión por el culo, porque yo no soy idiota y si alguien me va a poner una golpiza, va a tener que sufrir un castigo.

Acusar a alguien no te vuelve un cobarde o un culo, es una estrategia (o defensa) justa, porque si el tipo que te agrede tiene la ventaja de ser un gorila con fuerza sobrehumana, tú tienes la ventaja de que la ley está de tu lado; es ilegal agredir a otras personas, y mientras que lo único que hayas hecho haya sido coquetear con la novia de un pandillero (a.k.a: no haber comenzado tú la agresión), la ley tiene la obligación de castigarlo y la balanza de la justicia se inclinará a tu lado, por supuesto que serán necesarios unos cuántos testigos, por si las dudas.
Que te den una paliza no tiene que ser humillante, al contrario, si te enfrentaste a un tipo mucho más grande y fuerte que tú, eres un héroe.
Malo hubiera sido si corres a esconderte o si ruegas por piedad, porque si ya dejaste la cagada, vas a tener que afrontar las consecuencias, así que mejor después de la golpiza, y si sobrevives, lo acusas con medio mundo para que reciba su castigo.

Ahora que si el agresor tiene influencias o si la ley es una mierda en tu país, el plan b es caerle a golpes con un bate de beisbol, ya sea solo o con tus amigos, yo te recomiendo que lleven máscaras y actúen con la mayor cautela posible, espera un tiempo después de que te golpeé para no parecer tan obvio.

Pintando la habitación de mi sobrino

Seguramente me va a odiar... No puedo subir fotos por el cel, más tarde las subo desde el PC.

Al último no le gustó el color a mi hermana, por lo que paramos, vine a mi casa,mis papás fueron a comer a la casa de una tía por lo que me bañé, me hice una paja, compré una pizza y vi una pelicula.

viernes, 1 de abril de 2011

Esta entrada es para que la de la foto no sea la primera

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sexo

Soy delicioso


Y tengo lentes nuevos, mirenme, admirenme, amenme.