Bip… bip… bip…
El sonido de la alarma interrumpió su sueño, el reloj marcaba las 7:00 a.m., sentía la boca seca y las lagañas aun viscosas impidiéndole abrir del todo bien los ojos, el personaje, un joven de veintidós años, alto, delgado, de piel blanca y su cabello oscuro con un peinado extravagante, digno de un personaje de animación japonesa, tenía un rasgo particular, sus ojos eran claros, parecidos a los de un ciego, pero podía ver perfectamente, y ese rasgo especial se debe a algo que contaré más adelante. Sintió el movimiento de alguien levantándose de la cama.
-¿Te vas tan temprano?
El joven volteó a su derecha, observando la desnuda figura de su novia bajando de la cama, era una señorita de veinte años, de una estatura un poco menor a la del chico, una piel blanca y deliciosa, bañada con pequeños lunares en varias partes del cuerpo que la hacían ver incluso más bella.
-Tengo que trabajar.
Se dio una ducha rápida y se vistió a la misma velocidad, mientras tanto el joven se limpió la cara y se puso una playera sin mangas y unos jeans azules.
Ella se dirigió a la salida pero el joven la detuvo con un ademán de “ven acá” y estiró los labios.
-¿Me das un beso de despedida?
Se volteó y le dirigió la mirada más fría que él había visto.
-Lo siento, voy tarde.
Y diciendo esto salió por la puerta y la cerró con fuerza, dejando al pobre chico anonadado y con una mueca indescriptible.
Suspiró.
-Entonces creo que puedo echar otra siestita.
Se tumbó sobre la cama, cerró los ojos e inmediatamente entró al mundo de los sueños.
Mientras tanto, afuera del edificio departamental donde la escena anterior se había dado, la chica caminaba hacia su auto, mientras hablaba por su teléfono celular.
-Estoy fuera, pueden entrar por él.
De nuevo en el edificio, los sueños de nuestro personaje se vieron interrumpidos por el sonido de las ventanas rompiéndose, despertó sobresaltado y vio que 2 hombres con una vestimenta estilo ninja, pero del futuro, y fuertemente armados entraron por las mismas y le estaban apuntando.
Uno se le acercó, lo tomó por los brazos y lo sacó de la cama.
-En nombre de Lord Boss, queda usted arrestado.
El chico sonrió burlonamente, observando a su captor.
-No creo que sepas quien soy.
Súbitamente algo extraño comenzó a suceder, los ojos del chico se volvieron totalmente oscuros, y de sus manos comenzó a emanar un aura del mismo color, el
El otro soldado tomó su arma y le apuntó al chico.
-Alto, si te mueves disparo.
-¿En realidad no saben quién soy?
Con una sonrisa burlona le apuntó al soldado con un dedo.
-Pues me llamo Grant, mucho gusto.
Dio un paso atrás, en dirección a la ventana.
-Y lo siento mucho, pero debo tomar un vuelo, quédense en su casa.
Diciendo eso tomó carrera y se arrojó por la ventana de su habitación (piso 18), y para cualquier otro esto hubiera significado la muerte, pero no para Grant, él era especial, más bien era único, el único en su tipo.
Mientras caía sus ojos se pusieron totalmente negros de nuevo, de sus manos comenzó a emanar una sustancia oscura con la cual pudo hacer un
Pero lo que Grant producía no era hielo, no era metal, no era ningún material reconocido por el hombre, él la había llamado
Y no solo podía crear ese material, también podía controlar a su antojo aquello que ya había creado, para hacerle modificaciones hasta que el resultado lo satisficiera.
El poder lo acompañó su niñez y su adolescencia, tiempo en el cual aprendió a controlarlo e incluso hacía algunas estatuas que regalaba a sus amigos, huelga decir que guardaba sus poderes como secreto, sus padres se lo dijeron desde siempre, temían perderlo a manos del gobierno que seguramente lo utilizaría como un súper soldado sin emociones.
Tuvo la fortuna de contar con unos excelentes padres que lo educaron a no usar esos poderes para su propio beneficio, y por eso les guardaba un enorme aprecio aun cuando ya se habían ido.
El sonido de un helicóptero que se aproximaba interrumpió sus remembranzas.
Sus manos emanaban esa conocida aura oscura.
-Parece que no le agrado a alguien, seguramente de ahí salieron los tipos que entraron a mi casa.
El helicóptero se posó a unos 50 metros de él, desplegó tres lanzamisiles en cada lado, y sin esperar ni un segundo los disparó.
-¡Carajo!
Grant hizo todo lo que pudo para crear una esfera de stain y así protegerse de los misiles, la estrategia dio resultado, pero el helicóptero cargó de nuevo, misil tras misil y ahora ayudado de una torreta, le llovían municiones a la esfera, que comenzó a ceder y resquebrajarse.
El piloto del helicóptero sonreía satisfecho al ver que el escudo de Grant se había debilitado por completo.
-Cese al fuego, avisen a la señorita Joanna que lo tenemos.
Los otros cuatro soldados que lo acompañaban bajaron y tomaron el cuerpo inmóvil de Grant, el cual colocaron en una celda guindada del helicóptero, al terminar la operación regresaron a sus puestos, y el helicóptero partió rumbo al amanecer, dejando la ciudad atrás…
1
Grant abrió los ojos, después de recuperarse de su letargo se dio cuenta de que sus manos estaban atadas a una silla aferrada al piso, estaba en una habitación muy poco iluminada, pero aun con la falta de luz, uno podía notar que el cuarto era completamente blanco, y no había ni ventanas ni puertas visibles.
De pronto una extraña voz se escuchó de la nada.
-Por fin despertaste.
De la pared frontal se abrieron 2 compuertas que dejaron ver una gran ventana, la luz que emanaba cegó a Grant por unos segundos, por lo que no pudo ver al hombre que le dirigía la palabra.
-Dormiste un día entero, ¿no te da vergüenza?
Recuperó la visión y vio a un hombre maduro, de cabello grisáceo vestido con un elegante smoking y una corbata roja, sonreía con una expresión casi maligna.
Grant lo miró con ira, intentando inútilmente zafarse de las ataduras.
-¿Qué pasa? ¿Quién coño eres y por qué me tienes aquí?
Ante estas preguntas, el hombre lo miró directamente a los ojos, Grant sintió que la mirada le calaba hasta los huesos, había algo maligno en esos ojos cafés.
-Puedes llamarme Boss, soy dueño del monopolio tecnológico
Ante tal respuesta, el joven se retorció de la ira.
-¡¿Y SOLO POR ESO INTENTARON MATARME?!
-Tranquilo, Grant, me disculpo ante la actitud de mis empleados, pero tuviste la culpa al no haberte dejado atrapar por las buenas.
La ira colmaba el cuerpo de Grant, sus ojos se tornaron oscuros y su cuerpo entero comenzó a emanar un aura del mismo color, pero le fue imposible utilizar el stain.
-No te molestes, he estado observándote, mis científicos más calificados te han estado analizando, y han construido un cuarto que inhibe tus poderes. Te necesitamos, Grant, si lográsemos entrenarte y mejorar tus habilidades, podríamos enviarte a una misión para detener a la oposición rebelde, y con tus poderes no sería necesario derramar sangre inocente.
La oferta era tentadora, el líder de los rebeldes era un extremista que había asesinado a muchos miles de compatriotas, había lanzado incontables ataques terroristas y tenía una enorme lista de otros crímenes, si lo detuviesen se acabaría la guerra, y, como lo habían prometido los líderes mundiales, ese año de 2344 sería el año en el que el planeta estaría en total paz por primera vez (sin contar a los criminales menores y asesinos, pero la policía hacía un excelente trabajo tratando con estos).
-Está bien, cooperaré.
-Me alegra escuchar esto.
Las ataduras de Grant se soltaron, se frotó las muñecas para tratar de quitarse el dolor que estas le habían causado.
Boss sonrió, Grant lo miró secamente <
-Que comience el entrenamiento, entonces.
La ventana desapareció de golpe, una compuerta similar a las anteriores se abrió al fondo, la voz del hombre salía de unos parlantes.
-Tu primer desafío está en esa habitación, pasa adelante.
Grant se levantó de la silla, caminó cautelosamente hacía la habitación señalada, aun no confiaba totalmente en aquel hombre así que estaba listo para todo.
La habitación era similar a la anterior, pero ésta estaba iluminada, y en el centro de la misma había un extraño personaje, parecía tener una armadura hecha de placas de un metal verdoso, en vez de mano izquierda tenía un buster (como el de megaman), y un casco hechos del mismo material.
-Bienvenido, yo soy el androide P120, seré su compañero de entrenamiento.
A Grant le sorprendió tal muestra de educación de parte de una maquina.
Luego sostuvo una pose algo burlona, mientras le daba la espalda al androide.
-Bueno, me serviría entrenar un poco, pero no creo que un pedazo de metal refinado pueda hacerme la competencia.
El androide disparó una descarga eléctrica desde su buster, Grant recibió el impacto y quedó chamuscado y ofuscado.
-Maldito tramposo, ¡no estaba viéndote! Ahora vas a ver…
Grant comenzó a moldear una gran espada estilo medieval con ayuda del stain.
-Vaya, en este cuarto si funcionan mis poderes =3
Se lanzó al ataque pero su estocada falló, el androide cargó otro disparo, pero esta
vez Grant creó un escudo espartano y desvió el ataque.
-¡Toma ya!
Grant convirtió la espada en un hacha medieval y usó todas sus fuerzas para lanzarla, asestó justo en la cabeza de P120, que se partió a la mitad, dejando ver su cráneo metálico relleno de circuitos y capacitores.
Grant volvió a su pose burlona, y haciendo una “V” con sus dedos hacía el lugar donde yacía el cuerpo inerte, exclamó sarcásticamente:
-Ups, puedo pagarlo…
Una ventana apareció de la misma manera que en la anterior, desde ahí lo observaba Lord Boss.
-Sabía que no me equivocaba contigo, muchacho, como recompensa a tus habilidades te haré un regalo especial, solo camina a la siguiente habitación y ahí lo encontrarás.
Se cerró la ventana, a la vez se abrió otra puerta, Grant caminó hasta la siguiente habitación, seguía siendo blanca, pero esta era mucho más pequeña, había una mesa en el centro y sobre ella había ropa y un aparato extraño.
La voz de Lord Boss resonó desde los parlantes.
-Esa ropa tiene lo último en tecnología de camuflaje, puede crear un campo de partículas deflectoras de luz que te vuelven prácticamente invisible, ¿qué esperas? Pruébatelas.
Grant se puso el uniforme, para su suerte era negro, pues este era su color favorito, el traje consistía de una playera (franela, camiseta…) negra de manga larga, unos jeans del mismo color que le quedaban algo holgados en la parte de los pies y unos guantes también negros.
<
-Eso es un scouter, ¿has visto Dragon Ball Z?, nos basamos en el diseño de esos aparatos, pero este puede contraer la lentilla para mayor comodidad, es capaz de analizar, darte datos, habilidades y debilidades de cualquier cosa, además tiene un sistema de voz personalizable, pero mejor pruébatelo, tu decidirás si es tan bueno como yo creo.
Se colocó el aparato, parecido a un audífono, en el oído, inmediatamente se desplegó la lentilla y una voz femenina le dio una serie de especificaciones.
-Nombre de usuario: Grant Heavenrunner
-Nombre de la unidad: AR-104 ¿Desea configurar un nombre nuevo?
Grant se vio asombrado por la hermosa voz que salía de esa máquina, la voz le resultaba familiar.
Lord Boss se percató del cambio de expresión del chico e intercedió.
-También puedes configurar el tipo de voz, si esa no es de tu agrado.
-No, no hay problema, ésta es perfecta.
Y en efecto, era perfecta, porque era exactamente igual a la voz de una chica de la cual se había enamorado perdidamente hacía muchos años.
-Sí, deseo cambiar el nombre, te llamaré Katia…
2
Teniendo ya todo listo para iniciar el entrenamiento, Grant sintió como sus tripas rugían ferozmente aclamando por alimento.
-Tengo hambre, no pienso hacer nada si no me das de comer.
-Grant, eso es bastante ofensivo, ¿crees que te voy a dejar sin comer? No soy un tirano, pasa adelante hacía la cafetería, allí estableceremos los términos.
La voz se apagó y una compuerta frente a Grant se abrió revelando una agradable, pero vacía, cafetería, completamente blanca como las demás habitaciones, tenía varias mesas con un número inscrito en su centro, las sillas se veían muy cómodas y todo estaba realmente limpio, no había grasa como la que uno acostumbra ver en algunos restaurantes.
Grant caminó hacía el mostrador, lo único que había era la pantalla de la computadora que mostraba varios platillos a elegir.
Los parlantes resonaron de nuevo
-Te recomiendo la sopa de camarón, es realmente deliciosa.
Escuchando la recomendación de su
Mientras Grant esperaba la comida, otra compuerta se abrió, de ella salieron 8 soldados que se desplegaron en 2 filas, una a cada lado de la puerta, aguardando que pasara su indiscutible jefe; Lord Boss.
Éste se sentó frente a Grant, de la mesa salieron dos platos llenos de la humeante sopa de camarón y un par de refrescos.
Boss tomó una cucharada bastante generosa y le hizo un ademán a Grant, como invitándolo a que hiciera lo mismo.
-Primero comamos, no queremos que esta delicia se enfríe, ¿o sí?
-Estoy de acuerdo, ya luego hablaremos de negocios.
<
Pocos minutos después los platos estaban vacíos. Grant se apresuró a entrevistar a su anfitrión.
-Dígame ¿mi familia y mis amigos sabrán de esto?
-No. Todo lo que ellos saben es que te fuiste a un viaje de negocios y que los llamarás cada semana,
-No creo que mi jefe se trague eso también…
-No te preocupes por tu empleo mediocre, te enviaremos el triple del dinero a tu cuenta puntualmente.
-Y… ¿qué pasa con Joanna?
-¿Tu novia? No te preocupes, ella sabe lo mismo que tu familia.
El joven se sonrojó un poco.
-Pro… prométame que cuidaran de ella…
-Por supuesto, asignaré una unidad a su cuidado, si eso deseas.
-Me parece perfecto.
-¿Algo más que desees?
-Ahora me gustaría escuchar sus condiciones.
El hombre se tornó más serio, mirando a Grant fijamente se frotó los nudillos.
-Lo único que quiero es que pongas todo tu empeño en el entrenamiento, después de completar la misión y aprisionar a los rebeldes serás libre de irte a casa.
Grant asintió.
-Estoy de acuerdo.
Lord Boss volvió a su actitud más relajada, y con una sonrisa un tanto siniestra (porque su persona entera era siniestra), exclamó:
-Entonces es hora de que vayas a dormir a tu habitación, mañana a primera hora serás enviado al campo de entrenamiento virtual.
-¿Campo de entre…?
Antes de que pudiera terminar de formular la pregunta, el suelo bajo él se abrió y la silla lo transportó hasta una pequeña habitación, del usual tono blanco, con una pequeña cama, una cómoda y un baño al fondo.
Grant se apeó de la silla, ésta se elevó y salió por donde vino, él luego se dirigió al baño, un pijama lo esperaba guindando de un gancho de ropa.
-Un baño caliente me vendría de maravillas, gracias.
-Por nada- contestó Katia
Haciendo caso omiso a la probabilidad de que Katia haya sido la operadora de tal acto, (porque estaba deseando sentir el agua caliente en todo su desgastado cuerpo), el muchacho se desvistió, dejó el scouter en la cómoda, llenó la bañera y se sumergió en una combinación de agua y vapor.
Grant se encontraba atrapado en una amalgama de pensamientos, originados por la gran responsabilidad con la que cargaría en ese momento, y harta razón tenía, no todos los días tienes que cargar en tus hombros la paz mundial, y eso es algo que todos sabemos.
Sin embargo se encontraba entusiasmado, si todo salía bien, lo liberarían con las nuevas habilidades que pudiera obtener durante su estadía en ese lugar, además de que sería un héroe mundial, aclamado por jóvenes y adultos.
Y no podemos olvidarnos del dinero, en la compañía donde se ganaba la vida ganaba bastantes ingresos, ahora que
-Joanna…
El scouter hizo un “bip” a lo lejos, señal de que se había activado.
-¿Puedo hacerte unas preguntas?
Grant se extrañó de la reacción del comunicador, pero accedió amablemente.
-Siéntete libre.
-¿Quién es Joanna?
-Es mi novia.
-¿Sientes algo por ella?
-Claro que lo hago, si no, no sería mi novia.
-¿Morirías por ella?
-Creo que me empiezas a asustar.
-Lo siento… ¿Lo harías?
-Mmm… eres bastante insistente, ¿no? Imagino que una de las ventajas de ser una simple maquina es que puedes ser tan directo como quieras sin temer a herir sentimientos.
Katia se resintió, después de todo, ella no era una simple maquina.
-Igual… no has contestado mi pregunta.
-¿Qué si moriría por Joanna? No lo sé… tal vez.
-Eso será suficiente, gracias por cooperar, Grant.
-Por nada.
-Eh… y Grant…
-¿Sí?
-Disfruta de tu estadía.
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