El otro día ví a dos chicas besandose

¿No son graciosas las situaciones que le pone a uno la vida?
Uno piensa que ciertas cosas solo suceden en la televisión, en los libros, o en las vidas de personas más interesantes, pero eso es tan falso como las tetas de Sabrina, esas cosas suceden también en la vida de un asocial como el que escribe estás líneas.

Esto sucedió un viernes por la tarde, la mayoría de nosotros, los jóvenes, alegres, pues nuestro periodo de clases semanal por fín conoció su término.
Salimos, y después de despedirnos de un amigo, Ramón y yo emprendimos camino a casa, por un motivo que desconozco Sergio no nos acompañó ese día, pero esto no hubiese cambiado nada.

El día era caluroso y hacía bastante sol, caminamos detrás de un trío de chicas, dos de ellas iban muy cariñosas, debo admitir que ambas despertaron mis instintos sexuales de macho primitivo.
La primera era rubia, con el cabello largo y ondulado, tenía un cuerpo delicioso y yo conocía muy bien su cara, la segunda tenía cabello oscuro y bastante corto, con un peinado algo extravagante para una chica, nisiquiera alcancé a mirarle bien el rostro, pero lo que alcancé a ver me pareció digno de una flor de yegua, la tercera no estaba mal.
Así pues, las observé mientras conversaba con Ramón, y como lo dije anteriormente, dos de ellas iban muy cariñosas (la rubia y la del peinado raro), primero tomadas de la mano, en veces abrazadas, algo que yo considero "normal" pues en estos tiempos a las mujeres se les ve siempre muy afectuosas entre ellas.

Sin embargo, lo que sucedió después no cabía en mis estándares de "normal", sin duda era como una demostración divina de que Dios existe y me ama, pues ambas chicas se besaron con bastante pasión.
La chica del cabello cortó soltó una risita, tenía una voz bastante grave, lo que me excitó aun más.
Y con esto último no pude contenerme más, me imaginé haciendo un trío con ambas chicas, imaginaba los gemidos de la chica del cabello corto mientras yo le hacía el dulce amor una y otra vez mientras la rubia jugueteaba pasando la lengua por sus senos y dandose placer a ella misma.

Y ahí estaba yo, sumido en mis pensamientos más sucios cuando, lo peor que pudiera sucederme, sucedió.

-¡Ay Carlos! Eres un tontito.

La "chica" del cabello corto era Carlos, el tipo que recién se integró al grupo.
Mje cago en todo, Dios no existe.

ACTUALIZACIÓN:
La semana que viene me pinto el cabello, me maquillo y me pongo la playera más apretada que tenga; a las mujeres les gustan las mujeres.